I. RITO
DE ENTRADA
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Vivimos en una sociedad donde no se respeta ni
valora la vida. Los papas han denunciado, muchas
veces, la “cultura de muerte” que nos rodea. Incluso hay personas que no
valoran suficientemente el don de la propia vida.
Las lecturas de este décimo domingo del tiempo
ordinario, nos muestran a Dios haciendo triunfar la vida sobre la muerte. A
partir de Jesús que es la “Resurrección y la vida” todo puede levantarse,
resurgir, cobrar nueva vida.
1. Antífona de entrada. Sal 26, 1-2
El Señor es mi luz y mi
salvación: ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida: ¿quién me hará
temblar? Ellos, mis enemigos y adversarios tropiezan y caen.
2.
Acto penitencial
· El que te
escucha no verá jamás la muerte. Señor,
ten piedad.
· El que cree en
ti, aunque haya muerto, vivirá. Cristo,
ten piedad.
· El que come tu
cuerpo y bebe tu sangre, vivirá por ti. Señor,
ten piedad.
3.
Gloria: Con alegría alabemos a Dios uno y trino, entonando el himno del gloria.
4.
Oración colecta
Oh Dios,
fuente de todo bien, escucha sin cesar nuestras súplicas y concédenos,
inspirados por ti, pensar lo que es recto y cumplirlo con tu ayuda. Por nuestro
Señor Jesucristo.
II. LITURGIA
DE LA PALABRA
&
5. 1ra.
lectura: del primer libro de los Reyes 17, 17-24
“En
aquellos días, cayó enfermo el hijo de la dueña de la casa. La enfermedad era
tan grave que se quedó sin respiración. Entonces la mujer dijo a Elías: “¿Qué
tienes contra mí, hombre de Dios? ¿Has venido a mi casa a recordarme mis faltas
y a causar la muerte de mi hijo?” Elías respondió: “Dame a tu hijo”. Y,
tomándolo del regazo de la viuda, lo subió a la habitación donde él dormía y lo
acostó en su cama. Luego invocó al Señor: “Señor, Dios mío, ¿también a esta
viuda que me hospeda la vas a castigar, haciendo morir a su hijo?” Después se
tendió tres veces sobre el niño, invocando al Señor; “Señor, Dios mío, que
vuelva la vida de este niño a su cuerpo”. El Señor escuchó la súplica de Elías:
y volvió la vida del niño a su cuerpo y revivió. Elías tomó al niño, lo bajó de
la habitación de arriba al interior de la casa y lo entregó a su madre,
diciendo. “Mira, tu hijo está vivo”. Entonces la mujer dijo a Elías: “Ahora sé
que eres un hombre de Dios, y que la palabra del Señor está de verdad en tu
boca”. Palabra de Dios. R. Te
alabamos, Señor.
&
6. Salmo
responsorial: 29
R.
“Te ensalzaré, Señor, porque me has librado”
·
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has
dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, sacaste mi vida del abismo, me
hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. / R.
·
Toquen para el Señor, fieles suyos, den gracias a su nombre santo; su
cólera dura un instante; su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el
llanto; por la mañana, el júbilo. / R.
·
Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme. Cambiaste mi
luto en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. / R.
& 7. 2da.
Lectura: de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 1, 11-19
Les hago saber, hermanos, que
el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni
aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo. Han oído hablar
de mi conducta anterior en el judaísmo: con qué violencia perseguía a la
Iglesia de Dios y cómo superaba en el judaísmo a muchos compatriotas de mi
generación, como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados.
Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su
gracia se dignó revelar a su Hijo en mí para que yo lo anunciara a los paganos,
en seguida, sin pedir consejo a hombre alguno, ni subir a Jerusalén a ver a los
apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco. Más
tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Pedro, y me quedé
quince días con él. Pero no vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el
pariente del Señor. Palabra de Dios.
R. te alabamos, Señor.
8. Aclamación antes del Evangelio: “Un
gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo”.
& 9. Lectura del santo evangelio según san Lucas 7, 11-17
“En
aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naim, e iban con él sus
discípulos y mucha gente. Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó
que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y
mucha gente del pueblo la acompañaba. Al verla, el Señor tuvo compasión de ella
y le dijo: “No llores”. Se acercó al ataúd, lo tocó. Los que lo llevaban se
detuvieron y Jesús dijo: “¡Muchacho, a ti te digo, levántate!” El muerto se
incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos,
sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: “Un gran Profeta ha surgido entre
nosotros. Dios ha visitado a su pueblo”. La noticia del hecho se divulgó por
toda la Judea y por toda la región vecina”. Palabra
del Señor. R. Gloria a ti, Señor
Jesús.
10. Profesión
de fe: CREDO NICENO
- CONSTANTINOPOLITANO
Creo
en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo
lo visible y lo invisible.
Creo
en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de
todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue
hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin.
Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas.
Creo
en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso
que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Espero
la resurrección de los muertos y la vida
del mundo futuro. Amén.
11. Plegaria
universal: A cada invocación respondemos: “Perdónanos, Padre, por el
amor que nos tienes”.
· Por la Iglesia; para que los cristianos siguiendo
el ejemplo de Jesús Maestro, sepan ofrecer con alegría a todos, la misericordia
y el perdón. Roguemos al Señor.
· Por los sacerdotes; para que tengan en su corazón
los sentimientos de misericordia de Dios Padre y sepan anunciar las palabras
salvíficas de Cristo. Roguemos al Señor.
· Por los que luchan cada día contra la enfermedad y
la muerte; para que sus esfuerzos se vean recompensados con la bendición de
Dios. Roguemos al Señor.
· Por los que viven en el mundo de las drogas, la
violencia y viven sin esperanza; para que descubran en sus vidas a Jesús,
Camino, Verdad y Vida. Roguemos al Señor.
· Por nosotros aquí reunidos como comunidad
parroquial; para que imitando a Jesús, seamos en nuestros hogares y comunidades
zonales fuente de esperanza y vida a través del amor. Roguemos al Señor.
III.
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
12. Oración
sobre las ofrendas
Mira, complacido, Señor, nuestro humilde servicio,
para que esta ofrenda te sea agradable y nos haga crecer en el amor. Por
Jesucristo nuestro Señor.
13. Antífona
de comunión. 1
Jn 4, 16
Dios es amor, y quien permanece en el amor
permanece en Dios y Dios en él.
14. Oración
después de la comunión.
Padre de misericordia, que la fuerza curativa de tu
Espíritu en este sacramento sane nuestras maldades y nos conduzca por el camino
del bien. Por Jesucristo nuestro Señor.
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