jueves, 6 de junio de 2013

DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO C (23-06-13)


I.       RITO DE ENTRADA

Algún día llega la hora en que el cristiano ha de enfrentarse con la pregunta clave de su fe. ¿Quién es Jesús para mí? De esta pregunta surge otra: ¿Quién es un auténtico seguidor de Jesús? Las lecturas de este domingo doce del tiempo ordinario, responden a estos interrogantes.

1.     Antífona de entrada.                               Sal 27, 8-9,4,3     
El Señor es fuerza para su pueblo, apoyo y salvación para su Ungido. Salva a tu pueblo y bendice tu heredad; sé su pastor y llévalos siempre.

2.     Acto penitencial
ü  Tú que no has venido a condenar, sino a perdonar. Señor, ten piedad.
ü  Tú que has dicho que hay gran fiesta en el cielo por un pecador que se arrepiente; Cristo, ten piedad.
ü  Tú que perdonas mucho a quien mucho ama; Señor, ten piedad.

3.     Gloria: Después de reconciliarnos con Dios y nuestros hermanos, alabemos con júbilo a Dios uno y trino, entonando el himno del gloria.

4.     Oración colecta
Concédenos vivir siempre, Señor, en el amor y respeto a tu santo nombre, porque jamás dejas de dirigir a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo.

II.     LITURGIA DE LA PALABRA

&  5. 1ra. lectura: de la profecía de Zacarías 12, 10-11;13,1

“Así dice el Señor: “Derramaré sobre la dinastía de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración. Y mirarán hacia mí, a quien traspasaron, harán duelo por él, como se llora a un hijo único, y llorarán amargamente, como se llora a un primogénito. Aquel día, será grande el duelo en Jerusalén, como el duelo de Hadad-Rimón en el valle de   Meguido”. Aquel día, brotará una fuente abierta para los descendientes de David y los habitantes de Jerusalén, para lavar sus pecados e impurezas. Palabra de Dios. R. Te  alabamos, Señor.

&  6. Salmo responsorial: 62
R. “Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío”

·      Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti como tierra reseca, sedienta, sin agua”. / R.
·      ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. / R.
·      Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré de manjares exquisitos, y mis labios te alabarán jubilosos. / R.
·      Porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene”. / R.

&  7. 2da. Lectura: de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 26-29

“Hermanos: Todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Porque, habiendo sido bautizados en Cristo, han quedado revestidos de Cristo. Ya no hay distinción entre judíos y griegos, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús. Y, si ustedes son de Cristo, son descendientes de Abraham y herederos  según la promesa”. Palabra de Dios. R. te alabamos, Señor.
    
8. Aclamación antes del Evangelio: “Mis ovejas escuchan mi voz –dice el Señor-, y yo las conozco, y ellas me siguen”.

&  9. Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 18-24

“Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: -“¿Quién dice la gente que soy yo?” Ellos contestaron: -“Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros Elías; y otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas”. Él les preguntó: -Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Pedro tomó la palabra y dijo: - “Tú eres el Mesías de Dios”. Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: -“El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser rechazado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día”. Y, dirigiéndose a todos, dijo: -“El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí la salvará”. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

10. Profesión de fe: CREDO NICENO - CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación  bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos  y la vida del mundo futuro. Amén.

11. Plegaria universal: A cada invocación respondemos: “Consérvanos, Padre, en tu amor”.  
Ø Por la Iglesia; para todos los bautizados tengan viva conciencia de ser el Pueblo de Dios, que han recibido por ley: la caridad, como característica la libertad de los hijos y como destino la resurrección y la vida en el Señor. Roguemos al Señor.
Ø Por los cristianos dispersos por todo el mundo; para que los discípulos de Jesús, mirando al Señor,  comprendan el valor espiritual de la donación de sí, y sobre  su ejemplo encuentren la fortaleza para realizar lo que es bueno a los ojos de Dios. Roguemos al Señor.
Ø Por los que están cansados y afligidos; para que asocien sus sufrimientos a la pasión de Cristo en la cruz y encuentren motivos de confianza y esperanza en su resurrección. Roguemos al Señor.
Ø Por los no creyentes; para que el ejemplo de la fe y la vida coherente de los cristianos verdaderos, sea su estímulo en la búsqueda de Dios y de ayuda para encontrar en Jesús el sentido pleno de la vida. Roguemos al Señor.  
Ø Por nosotros aquí reunidos como comunidad parroquial; para que seamos testigos del amor de Cristo en nuestros hogares y comunidades zonales donde vivimos. Roguemos al Señor.

III.    LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

12. Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza, para que, purificados por su poder, te agrademos con la ofrenda de nuestro amor. Por Jesucristo nuestro Señor.

13. Antífona de comunión.                                                                         Sal 144, 15
Los ojos de todos te están aguardando, Señor; tú les das la comida a su tiempo.  

14. Oración después de la comunión.

Renovados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, imploramos de tu bondad, Señor, que cuanto celebramos en cada eucaristía, sea para nosotros prenda de salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.

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