jueves, 6 de junio de 2013

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO C (30-06-13)


I.       RITO DE ENTRADA

Nada más fácil que ser un mediocre. Cristo quiere que sus discípulos superen la mediocridad y adquieran una disponibilidad total para seguirlo.

        El domingo pasado Jesús nos decía que, para seguirlo, era necesario negarse a sí mismo y cargar la cruz de cada día. En este domingo trece del tiempo ordinario, Jesús enseña, con imágenes chocantes a primera vista, las exigencias que tiene su seguimiento. 


1.     Antífona de entrada.                                                         Sal 46, 2     
Pueblos todos, batan palmas, aclamen a Dios con gritos de júbilo.

2.     Acto penitencial
ü  Tú que eres el camino que conduce al Padre. Señor, ten piedad.
ü  Tú que eres la verdad que ilumina los pueblos. Cristo, ten piedad.
ü  Tú que eres la vida que renueva el mundo. Señor, ten piedad.

3.     Gloria: Después de reconciliarnos Dios y nuestros hermanos, alabemos con alegría a Dios padre, Hijo y Espíritu Santo, entonando el himno del gloria.

4.     Oración colecta
Padre de bondad, que por la gracia de la adopción nos has hecho hijos de la luz; concédenos vivir fuera de las tinieblas del error y permanecer siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo.

II.     LITURGIA DE LA PALABRA

&  5. 1ra. lectura: del primer libro de los Reyes 19, 16b.19-21
“En aquellos días, el Señor dijo a Elías:-“Unge profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Abelmejolá”. Elías partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas de bueyes en fila, él llevaba la última. Elías pasó a su lado y le puso su manto encima. Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió: -“Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo”. Elías le dijo: -“Vete, pero regresa; ¿quién te lo impide?” Eliseo dio la vuelta, tomó la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con la madera del arado, asó la carne y se la dio a su gente para que comieran. Luego se levantó, y siguió a Elías y se puso a su servicio”. Palabra de Dios. R. Te  alabamos, Señor.

&  6. Salmo responsorial: 15
R. “Tú, Señor, eres la parte de mi herencia”
·      Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: “Tú eres mi bien”. El Señor es la parte de mi herencia y mi copa; mi suerte está en tu mano. / R.
·      Bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor. Con él a mi derecha no vacilaré. / R.
·      Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. / R.
·      Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a derecha. / R.

&  7. 2da. Lectura: de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 5, 1.13-18

“Hermanos: Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por tanto, manténganse firmes, y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud. Ustedes, hermanos, han sido llamados a la libertad: pero no tomen la libertad como pretexto para satisfacer los deseos carnales; al contrario háganse servidores los unos de los otros por amor. Porque toda la ley se concentra en esta frase: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. Pero, atención: que si se muerden y devoran unos a otros, terminarán por destruirse mutuamente. Yo, por tanto, les pido: caminen según el Espíritu y no se dejen arrastrar por los deseos de la carne, porque la carne actúa contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Ambos luchan entre sí, de suerte que ustedes no pueden obrar como quisieran. En cambio, si los guía el Espíritu, no están bajo el dominio de la ley”. Palabra de Dios. R. te alabamos, Señor.

8. Aclamación antes del Evangelio: “Habla, Señor, que tu siervo te escucha; tú tienes palabras de vida eterna”.




&  9. Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 51-62
“Cuando ya se acercaba el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino, entraron en un pueblo de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: - “Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?” Él se volvió y les regañó. Y se fueron a otro pueblo. Mientras iban de camino, le dijo uno: -“Te seguiré adonde vayas”. Jesús le respondió: -“Los zorros tienen madriguera, y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza”. A otro le dijo: -“Sígueme”. Él respondió: - “Déjame primero ir a enterrar a mi padre”. Le contestó: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios”. Otro le dijo: -“Te seguiré, Señor, pero déjame primero despedirme de mi familia”. Jesús le contestó: -“El que pone la mano en el arado y mira hacia atrás no vale para el reino de Dios”. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

10. Profesión de fe: CREDO NICENO - CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación  bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos  y la vida del mundo futuro. Amén.
11. Plegaria universal: A cada invocación respondemos: “Danos, Padre, la alegría de trabajar por tu Reino”.  
v Por el Papa, los obispos, los sacerdotes y los diáconos; para que amen a sus hermanos en la fe con el corazón de Cristo y estén dispuestos a gastar por ellos todas sus fuerzas y la misma vida. Roguemos al Señor.
v Por los misioneros, que son llamados a ser “sal de la tierra y luz del mundo”; para que a los ojos de los no creyentes lleguen a ser la  encarnación creíble de la Palabra de Dios. Roguemos al Señor.
v Por los jóvenes que reflexionan sobre la posibilidad de consagrarse totalmente a Dios a través del sacerdocio o la vida religiosa; para que  se dejen conducir por el Espíritu. Roguemos al Señor.
v Por nosotros aquí reunidos como comunidad parroquial; para que sepamos liberarnos de los condicionamientos del egoísmo y responder a la misión confiada por el Señor con el testimonio audaz de la vida cristiana. Roguemos al Señor.

III.    LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

12. Oración sobre las ofrendas
Oh Dios, que obras con poder en tus sacramentos, concédenos que nuestro servicio sea digno de estos dones sagrados. Por Jesucristo nuestro Señor.

13. Antífona de comunión.                                                                         Sal 102, 1
Bendice, alma mía, al Señor y todo mi ser a su santo nombre.  

14. Oración después de la comunión.

La víctima eucarística que hemos ofrecido y recibido en comunión nos vivifique, Señor, para que unidos a ti, en caridad perpetua, demos frutos que siempre permanezcan. Por Jesucristo nuestro Señor.

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